jueves, 11 de julio de 2013

UN CUENTO (ANAL) DE NAVIDAD

Agárrate que vienen curvas.
A Toni Ribas le gusta decir (si hasta yo lo sé y no lo escuché en misa) que a Asa Akira nadie le había roto el culo hasta que rodó con él la primera parte de la exitosa saga Asa Akira is insatiable. No recuerdo bien si aquello fue cosa suya o de Erik Everhard, que también participaba pizpireto y salido en aquella escena y tampoco se me quedaron claras las condiciones precisas de la demolición. Que si nunca lo había hecho (tararí). Que si le daba miedo pero estaba calentorra (claro, claro). Que si se corrió la tía y tuvo espasmos abdominales de diecisiete segundos. En estos casos lo que importa es siempre lo esencial. Lo anecdótico lo adorna uno como le sale de los cojones y fantasea delante de la hoguera rodeado de niños o de negros. Porque ya he visto yo en el facebook esas fotos de Toni sobandole los melones a Phoenix Marie o de barbacoa, con la cara chamuscada por el chumichurri y por el sol de California, con Manuel Ferrara (alias "sólo la meto pagando").
Hagan sitio, señores.
Basta un seguimiento discreto a la filmografía de la japonesa para ver que aquello (si es verdad lo del churro del catalufo) le gustó y que lo que se propuso después fue simplemente mejorarlo. La de veces que habremos visto ese ojete reventón: Deep anal drilling, Anal dream team, Asa Akira to the limit, Asian anal adiction, Ass Titans, Evil Anal 13, Gape me, cositas sucias con Jay Sin, la saga de la guerra de las galaxias y un Ass Worship con Jules Jordan donde ya se veía que estaba más entrenada y dispuesta para el éxito que cuando comenzó súbitamente en aquel mágico momento (las encrucijadas de la vida: ibas para monja y ahora tienes un catalogo entero de puta) que nos cuenta cómo cambió tu vida.

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